¿Qué puede ocasionar una pérdida de oído?
El órgano del oído, aunque pequeño, es complicado y delicado y de ahí la necesidad de cuidarlo. Hagamos un pequeño resumen del funcionamiento de la audición, antes de profundizar de lleno en este tema.
“LOS OÍDOS SON LA VENTANA AL MUNDO QUE NOS RODEA”
¿Cómo funciona la vía auditiva?
Cuando el sonido entra en el conducto auditivo, en forma de onda sonora, este golpea al tímpano y pasa mecánicamente al oído medio, a través de la cadena de huesecillos, hasta el oído interno, donde se transforma la onda en eléctrica, para que las células transmitan la información al cerebro y así, escuchemos alto y claro, siempre que el funcionamiento sea perfecto.
“¡Aunque parece un camino fácil, no lo es! Hay muchas estaciones diferentes a lo largo del camino y muchos los posibles fallos en la travesía que originan la posible pérdida”.
Todos nosotros, a medida que envejecemos, tendemos a perder la audición en frecuencias más altas. Si a esto le sumamos la falta de cuidados, en cuanto a la protección de nuestra audición, tendremos un agravante sin duda, consiguiendo que la pérdida auditiva sea mucho mayor de la que debería ser (teniendo en cuenta el factor “edad”).
“Cuantos más años cumplimos nuestros oídos dejan de percibir ciertas frecuencias, por lo que podríamos decir que existe cierta involución natural de la capacidad auditiva.”
¿Cuáles son las causas más frecuentes de la pérdida auditiva?
Las causas más comunes de este deterioro serían:
Etiología relacionada con la edad (Presbiacusia), por el proceso natural de envejecimiento.
Etiología inducida por el abuso de ruidos fuertes. Por lo que cada vez que esté expuesto a un ruido fuerte sin tomar precauciones, existe la posibilidad de que dañe su audición. Teniendo esto en cuenta, actividades como la exposición frecuente a conciertos con elevada sonoridad, discotecas que abusen de fuerte volumen, aficiones como la caza o maquinarias de sierra o soldadura en ambientes laborales, representan un gran riesgo para nuestra audición. Podemos disfrutar de estas actividades, pero siempre debemos ser cautelosos en cuanto al tiempo de exposición y siempre con el uso de protección auditiva reglada, porque sin duda será una inversión de futuro.
Enfermedades del oído: Son muchas las enfermedades que pueden provocar pérdida de audición como son otitis, enfermedad de Ménière, neuritis vestibular, otosclerosis, barotrauma, acúfeno, osteoma, exóstosis entre otros, etc.
Traumatismos: Todo golpe que suframos en el oído puede conllevar a un problema que acarreará una posible hipoacusia o un problema mayor. No sólo el problema viene por golpes fuerte, el uso de bastoncillos u otros objetos puede lesionar nuestro tímpano y pasará factura en nuestra audición.
Complicaciones gestacionales: Las causas pueden ser muchas, las mas importantes son por parte de la madre el abuso de alcohol, drogas, infecciones metabólicas o bacterianas como toxoplasmosis, rubeola o sífilis. La consecuencia puede ser que el neonato sufra de pérdida de audición afectando la habilidad de desarrollar el habla y el lenguaje, pensamiento interno y destrezas sociales.
Etiología hereditaria: La hipoacusia neurosensorial hereditaria está presente desde el nacimiento y es causada por variaciones en los genes. No se conoce en los casos de pérdida auditiva global en adultos, el % que tiene esta etiología.
Ototóxicos o medicamentos dañitos para la audición: Son muchos los medicamentos de los que por ingesta prolongada en tiempo puede pasarnos factura en nuestra salud auditiva. Muchos son de tratamiento obligado por mandato de nuestros médicos (ellos nos informarán y estarán al tanto de nuestra audición) y son necesarios por enfermedades mas urgentes de atender que por la preocupación de que dañen nuestro oído. No obstante, muchos de los medicamentos que todos tenemos en casa son en cierto grado ototóxicos. Cuidados con el uso excesivo y sin control de paracetamol, antinflamatorios no esteroideos, ácido acetilsalicílico entre otros.
